Diseñando experiencias educativas comunitarias | Parte 4

Un buen amigo me dijo un día que para manufacturar un producto necesitas dos cosas: materia prima y metodología. Haciendo una analogía aplicada a la educación, podríamos decir que, para diseñar un programa educativo, también es necesario un curriculum y metodología. En el diseño de este tipo de programas el reto es saber qué es lo que se va a enseñar y cuáles son los procesos que el estudiante debe de seguir para adquirir nuevas habilidades técnicas y cognitivas.

A su vez es necesario indagar sobre las problemáticas y retos a nivel comunitario y global, así como las proyecciones a futuro de crecimiento en los diferentes sectores industriales. Es importante conocer los recursos que se tienen a la mano y formar alianzas estratégicas para formar sinergias y puntos de encuentro entre la academia y el sector industrial. El voluntariado es pieza fundamental sobre todo de personas que tengan que ver con la industria ya que uno de los resultados del Índice del Estado de la Ciencia arrojó que las personas que trabajan en los campos de la ciencia son consideradas como una fuente confiable de información.

3M recientemente lanzó su segunda edición del “Índice del Estado de las Ciencias”, una encuesta en 14 países en donde se plasma la percepción de la población que se tiene sobre la ciencia y tecnología. Una de las conclusiones más importantes del Índice fue que las ciencias tienen que presentarse de manera relevante y con aplicaciones a la vida cotidiana y, sobre todo, que son necesarias personas que aboguen por las ciencias y tecnologías y que tengan la capacidad y la misión de acercarla de una manera única y original al público que lo necesita.