Los caminos hacia la transformación sustentable

A menos que hayas pasado una temporada en Marte, lo más probable es que hayas oído hablar de la COP26. El acrónimo hace referencia a la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, organizada entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre en Glasgow (Escocia).

El tema del cambio climático es más que urgente. Según datos de Climate Action Tracker, la proyección del calentamiento global es de 4°C si no se hace nada en los próximos 80 años, lo que haría inviable la vida tal y como la conocemos actualmente.

La COP26 tiene naturalmente una fuerte relación con la economía. Aumenta la conciencia de que los modelos económicos deben cambiar rápidamente. Para dar un buen impulso al cambio, este entendimiento ya está guiando a los inversores a tomar decisiones basadas en criterios sostenibles y responsables.

Una de las definiciones de la conferencia está relacionada con el artículo 6 del Acuerdo de París, firmado en 2015, por el que se puede definir un mercado de carbono regulado. Esto significa que las empresas y los países pueden comprar créditos de carbono para disminuir la contabilidad de sus emisiones de gases contaminantes.

Estos créditos son las monedas del mercado del carbono: por cada tonelada de dióxido de carbono no emitida a la atmósfera, se genera un crédito de carbono.

“Dentro de la agenda que se debate en la COP26, es muy importante el asunto de la regulación del mercado de carbono, de las metodologías de cómo se harán estas mediciones, de cómo se reparten los créditos de alcance 1, 2 y 3 entre la cadena de valor”, dice Marcelo Gandur, Jefe de Sustentabilidad de 3M en Brasil.

Con alcance 1, Gandur se refiere a las emisiones directas de los generadores, la flota de vehículos, los extintores y el aire acondicionado, por ejemplo. Alcance 2 se refiere a las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero procedentes de la compra de electricidad consumida por la organización y alcance 3, que incluye todas las demás emisiones indirectas.

“La normativa de cómo se repartirán los créditos y las cuestiones técnicas de cómo se hacen las mediciones, son pautas importantes para todas las empresas del sector privado que se han comprometido a neutralizar las emisiones de carbono en las próximas décadas”.

3M, una empresa basada en la investigación, el desarrollo y la innovación, ha estructurado sus esfuerzos de sustentabilidad en torno a 3 pilares científicos. Uno de ellos es precisamente “Ciencia para el clima”.

La empresa busca un enfoque amplio para gestionar su impacto en relación con el consumo de energía, que incluye la evaluación del impacto de sus productos, procesos de manufactura, equipos, fábricas y áreas administrativas.

En su último Reporte Anual de Sustentabilidad (que puede leerse completo aquí), el CEO global de 3M, Mike Roman, dice que la compañía está comprometida a acelerar sus iniciativas.

“Nuestra sede mundial en St. Paul (Minnesota), que alberga 30 laboratorios y edificios de investigación, funciona totalmente con electricidad renovable”.

En 2020, los productos de 3M también ayudaron a los consumidores a evitar 16,6 millones de toneladas de emisiones, el equivalente a retirar 3,6 millones de vehículos de las calles.

El compromiso de 3M de convertirse en una empresa carbono neutral en sus operaciones globales contempla una reducción del 50% para 2030, del 80% para 2040, hasta ser 100% neutral en 2050, usando 2019 como base. Para ello, se anunció un plan de inversión de 1.000 millones de dólares para los próximos 20 años, que también se aplicará a la reducción del uso del agua en un 25% para 2030 y a la disminución del uso de plástico virgen de origen fósil en 125 millones de libras para 2025.

“3M tiene la sustentabilidad como uno de los valores centrales de sus operaciones”, dice Marcelo Gandur.

“Desde que empecé en la empresa, hace 30 años, he sido testigo en varias ocasiones de la adopción de políticas internas más restrictivas que las políticas ambientales de los países en los que operamos”.

Gandur cita como ejemplo de rigor de la empresa en la emisión de volátiles, incluso en la composición química de los productos. “Nuestras normas internas prohíben el uso de ciertos compuestos químicos que a veces ni siquiera están regulados en ciertos países”.

Según Gandur, la sustentabilidad conlleva una interdependencia intrínseca del trabajo en conjunto.

“La sustentabilidad depende de todo el ciclo de vida del producto. Difícilmente una sola acción dentro de nuestro ámbito de operación tiene un gran impacto en la ella si no se contempla toda la cadena”.

Presente en la COP26, Gayle Schueller, Vicepresidenta Senior y Directora de Sustentabilidad de 3M, anunció la asociación de la empresa con la UNFCCC (United Nations Framework Convention on Climate Change).

Gandur dice que ve tres impulsores de la transformación sustentable. “La primera es la presión del consumidor, de la sociedad. A medida que éstos lo exigen, las empresas reaccionan y ofrecen soluciones más sustentables.

El segundo es la tecnología y la inversión en innovación. “Destacaré, por ejemplo, la biodegradabilidad, que es un paso adelante en la tecnología”.

“En 3M tenemos un compromiso muy fuerte con la inversión en tecnología y con la innovación impulsada por la sustentabilidad, término que definimos como innovación”.
El último punto es el aspecto normativo. “Diseñar políticas regulatorias que apoyen la sustentabilidad es un catalizador para que estos cambios ocurran más rápidamente”.

Para Gandur, las empresas que tienen verdadero éxito en las iniciativas sustentables son las que despliegan sus objetivos en el desempeño de cada una de las áreas de la empresa.

“Cuando hablamos de reducir los gases de efecto invernadero, por supuesto que el funcionamiento de la empresa tiene un gran impacto en las emisiones”, explicó.

“Sin embargo, si ese objetivo se despliega en las actividades de la empresa, de modo que se priorice la comercialización de productos que tengan características relacionadas con la emisión de gases como atributo de venta, ese objetivo adquiere un mayor sentido corporativo”.

“En la medida en que seamos capaces de desplegar una métrica que sea corporativa en los diferentes departamentos en los que opera una corporación, más éxito tendremos en la transformación y en la búsqueda de soluciones que sean más sustentables para esa empresa”.

En 1975, 3M puso en marcha un programa pionero de sustentabilidad llamado Pollution Prevention Pays, o la prevención de la contaminación paga.

Denominado 3P, prevé que cualquier empleado de cualquier área pueda tener una idea y poner en marcha un proyecto relacionado con la prevención de la contaminación.

“De 2015 a 2021, 3M ya ha reducido, a través de los proyectos 3P, la cantidad de materiales enviados al vertedero en aproximadamente un 10% en comparación con nuestras ventas indexadas”, ejemplifica Gandur.

“También hemos reducido nuestros residuos generados, indexados a las ventas, en un 31% desde 2005 como resultado de varios proyectos globales de la iniciativa del programa 3P”.

El banco que controla los proyectos, dice el Jefe de Sostenibilidad, tiene un historial de más de 15.000 iniciativas 3P, que han evitado la emisión de unos 2,5 millones de contaminantes y han ahorrado 2.200 millones de dólares en todo el mundo.

Siguiendo con los logros de 3M, Gandur destaca, en las operaciones de la empresa, una reducción del 30,4% en el envío de materiales a los vertederos. Es decir, 56 de los centros de manufactura de la empresa trabajan ahora con cero residuos de vertedero.

“También destaco, en relación con nuestras operaciones, la reducción hasta la fecha del 50% de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 1. Con respecto a los de alcance 2 estamos en el 63,7%, superando el objetivo”.

Otro motivo de orgullo, ahora en relación con los productos de 3M, es el compromiso adquirido en 2019 de vincular siempre un atributo de sustentabilidad a cualquier lanzamiento de un nuevo producto.

“Es un vistazo a toda la cadena de valor”, explica. “Cuando hablamos de identificar un atributo, puede estar intrínsecamente en el producto, pero también puede estar en el origen de la materia prima, en la forma de procesar el producto en 3M, o asociado al hecho de que cumpla su función con el uso de menos recursos materiales”.

“El atributo también puede estar asociado al final del ciclo de vida útil del producto, cuando es biodegradable, por ejemplo, o estar relacionado con un programa de logística inversa, que devuelve este material reciclado al ciclo de producción, reforzando el concepto de economía circular.”