Cada año, aumentan las ofertas laborales para profesionales relacionados a la tecnología. A pesar de esto, es probable que solo una fracción de niñas y mujeres busquen carreras que les permitan llenar esas posiciones. En el informe de la UNESCO 2019, se presenta que las mujeres representan el 35% de los estudiantes matriculados en carreras STEM. Además de representar el 15% de las personas graduadas en ingeniería, 19% en informática y el 38% en matemáticas.

Por este motivo, es vital despertar la curiosidad científica en la infancia, sobre todo en las niñas. Es nuestra tarea inspirarlas para que estudien carreras STEM, así estaríamos aportando, desde nuestro entorno, a cerrar la brecha de género en la ciencia y tecnología.

Según un estudio realizado por Microsoft (2018), se identificaron 5 recomendaciones para impulsar el interés de niñas y adolescentes por las carreras científicas y tecnológicas (STEM):

1. Generar interés.

Cuando las niñas y adolescentes tienen información amplia y relevante sobre los beneficios y el impacto de la tecnología en la vida de las personas, su interés por las carreras STEM se duplica.

2. Proporcionar experiencias reales.

Las niñas que se involucran en talleres o laboratorios de ciencia o tecnología muestran un mayor interés por desarrollar su carrera en este terreno.

Aquí puedes encontrar nuestra serie de videos “Ciencia en casa”, con la que podrán hacer experimentos científicos fáciles de realizar, con materiales que tienes en casa.

3. Apoyarlas

Incrementar el número de mentores y modelos a seguir en STEM, para ayudar a construir en las niñas la confianza de que pueden tener éxito en la ciencia. Las niñas que son motivadas por los padres son dos veces más propensas a mantenerse en STEM.

4. Dar visibilidad a referentes femeninos en ciencia y tecnología.

Las niñas que conocen a mujeres que desarrollan su labor en STEM muestran mayor interés por este campo que las niñas que no cuentan con personajes femeninos identificados.

Conoce aquí 3 historias de científicas que podrían inspirar a las niñas. 

Haz clic para conocer más de cada una.

Deepika Kurup tiene 22 años y es científica, conferencista, emprendedora social y estudiante de la Universidad de Harvard. Desde que estaba en la escuela secundaria, se propuso resolver la crisis mundial del agua. Después de ver a niños en India beber agua sucia, desarrolló un sistema de purificación de agua que aprovecha la energía solar para eliminar los contaminantes del agua.

A los 14 años, en 2012, ganó el gran premio en el Discovery Education 3M Young Scientist Challenge. En 2014 fue honrada con el “Premio Juvenil Ambiental del Presidente de los Estados Unidos” y representó a los Estados Unidos en Estocolmo, Suecia, en el Premio Internacional de Agua para Jóvenes de Estocolmo. Más recientemente, Deepika fue nombrada una de los “30 Under 30: Energy” de Forbes y fue el ganadora del premio “National Geographic Explorer” en la Feria de Ciencias de Google 2015. Asistió a la Feria de Ciencias de la Casa Blanca de 2016 (y 2013). Actualmente es CEO y fundadora de Catalyst for World Water, una empresa social destinada a implementar la tecnología que desarrolló en áreas con escasez de agua.

Patsy nación en 1930, en Minessota. Cuando quiso estudiar en la universidad, realizó la prueba de aptitud que tenían que tomar, el resultado indicó que no era apta para ninguna carrera. Exigió realizar la versión de la prueba para los estudiantes varones. El resultado entonces fue que sí resulto “apta para realizar una carrera de científica o médico odontólogo.”

En 1952, obtuvo la licenciatura en química y matemáticas en el Gustavus Adolphus College en St. Peter, Minesota. Fue la primera mujer en realizar estudios universitarios de su escuela.

Fue una química y matemática, inventora para 3M. Comenzó su carrera en la empresa 3M en 1952 con un contrato temporal al igual que el resto de mujeres, ya que se consideraba que en el momento de contraer matrimonio debían abandonar el trabajo.

Inventó el Scotchgard, que se convirtió en uno de los productos de repelentes de manchas y polvo más famoso y ampliamente usado en América del Norte. La invención del Scotchgard surgió tras un accidente en el laboratorio, durante la investigación del desarrollo de un caucho que pudiera usarse para mangueras de combustible de aviación. Una muestra de caucho fluorado se derramó sobre una zapatilla de loneta de uno de los asistentes, y quedó adherido sin poderse limpiar. Después de los exhaustivos intentos por remover el caucho, Patsy observó que donde estaba el caucho permanecía más limpio, mientras que las zonas sin el caucho estaban sucias.

Patsy registró 16 patentes y, en 1974, fue la primera mujer en ser nombrada para la Carlton Society, el Salón de la Fama de 3M

 “Cualquiera puede convertirse en un inventor, siempre que mantenga una mente abierta e inquisitiva y nunca pase por alto el posible significado de un accidente o falla aparente.”

Patsy O’Connell Sherman

La pasión de Cait por resolver problemas comenzó mucho antes de que pusiera un pie en el laboratorio. Ella creció en una cultura de comprensión de la interacción de las cosas y cómo funcionan: su papá y su mamá tienen carrera en Ingeniería.

Además, cuando era adolescente, Cait se enteró de que tenía enfermedad celíaca, por lo que era necesaria una dieta sin gluten. “No se podía simplemente conducir 40 kilómetros hasta la tienda y comprar un delicioso pan sin gluten”, dice. “Tenía que hacer mi propio pan”.

“Así fue como me di cuenta de que la ciencia de los materiales y la ingeniería de polímeros era lo que quería hacer.”

Cait obtuvo una licenciatura en ingeniería de polímeros y fibras y un doctorado en ciencia e ingeniería de materiales.

Cuando comenzó a hornear pan, no se dio cuenta de que estaba usando los mismos principios científicos que un día usaría en su propio laboratorio. “El pan es solo espuma que puedes comer”, dice en broma.

Hoy está encargada de buscar formas de personalizar las relaciones estructura-propiedad de los sistemas de espuma. Esencialmente, mira la fórmula química y la estructura de un material y la forma en que interactúa, para brindar un rendimiento diferente.

Sú último proyecto está enfocado en mejorar los tapones, para que más trabajadores y trabajadoras puedan proteger sus oídos y no perder la audición. Su trabajo es muy importante, porque, según la OMS, 360 millones de personas en todo el mundo tienen pérdida auditiva discapacitante.

5. Brindar un entorno de aprendizaje adecuado:

Crear aulas y lugares de trabajo inclusivos que valoren las opiniones femeninas. Las niñas necesitan que se facilite un modelo de aprendizaje en ciencia y tecnología, que promueva la curiosidad y la experimentación y no penalice el error.

¿Qué otras formas se te ocurren de incentivar a las niñas en la ciencia? Déjanos tus comentarios.

Además, si conoces a una mujer que merezca ser reconocida por su trabajo científico, dile que se postule en 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica.

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Fuentes:

https://news.microsoft.com/

https://www.3m.com/