Todos nacemos curiosos. No tienes más que fijarte en cómo los niños juegan, preguntan constantemente y prueban todo lo desconocido. Sin embargo, en algún momento, aparecen un sinfín de normas, reglas y convenciones que van aplacando poco a poco nuestra curiosidad. Como decía Einstein, “es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación formal”.

Sin embargo, la curiosidad bien dirigida puede ser fuente de productividad.

Decimos “bien dirigida” porque si dejas que únicamente la curiosidad guíe tu vida, se puede llegar a convertir en una distracción que te invita constantemente a conocer cosas nuevas, sin llegar nunca a consolidar nada ni a sacar partido al valor de lo que ya has encontrado. Así que necesitas enfocarla para transformarla en una excelente herramienta para desarrollar tu productividad.

La gente curiosa es más productiva porque:

1. La curiosidad te ayuda descubrir más sobre ti mismo y averiguar hacia dónde debes dirigir tu vida. Eso te permite establecer objetivos y focalizar tus esfuerzos en lo que realmente te importa.
2. La curiosidad te lleva a querer entender cómo funcionan las cosas, no sólo a aceptarlas tal como son. Y al entender cómo funcionan los procesos, eres capaz de optimizarlos y de hacerlos más eficientes.
3. La curiosidad te ayuda a eliminar estrés.
4. La gente curiosa tiene una actitud proactiva, mira los problemas desde diferentes ángulos y trata de encontrar soluciones alternativas para desarrollar sus tareas de una manera más eficiente.
5. Cuando eres curioso, las ideas vienen a ti porque tu mente está siempre activa y es capaz de reconocer nuevos patrones en cuanto aparecen.
6. Las personas curiosas trabajan mejor en equipo. Según un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de “los individuos altamente curiosos tienden a experimentar resultados interpersonales más positivos que los menos curiosos”.

Pregunta, investiga, duda, aprende, descubre y redescubre. Al parecer, mantener despierta la curiosidad es parte de la clave del éxito.