Paso 1: Observa
Presta atención a los empleados que hacen preguntas que invitan a la reflexión, socializan con frecuencia y colaboran con compañeros de trabajo fuera de su departamento, o les gusta incursionar en proyectos paralelos que no están relacionados con sus tareas cotidianas. Ellos serán tus aliados en este proceso y posiblemente, los próximos líderes.
Paso 2: Pregunta
Prueba esto: la próxima vez que te encuentres en una reunión de equipo, cuenta la cantidad de veces que haces una declaración y la cantidad de veces que haces una pregunta.
Explora las sugerencias e ideas de las personas con preguntas de seguimiento o escenarios hipotéticos. Sé consciente de la actitud defensiva de los demás. Comparte por qué estás haciendo preguntas. Hazlo sobre el sujeto, no sobre la persona. Comunícate de una manera abierta, no acusatoria e invita a otros a compartir. A veces, las personas pueden necesitar el desafío de mirar una situación o proyecto de una nueva manera.
Paso 3: Deja espacio para la curiosidad
Haz que tu equipo se resista a encontrar las soluciones demasiado rápido. Para permitir la curiosidad, debes crear espacio para explorar ideas y obtener aportes desde múltiples perspectivas.
Como líder, puedes asegurarte de que esto ocurra llamando a una variedad de personas en la sala, desde junior hasta senior e invitando a otros departamentos. La clave aquí es brindar a tu equipo la oportunidad de explorar diferentes opciones e ideas, en lugar de conformarse con la ruta fácil o la mayoría de los votos. A veces, la solución obvia no siempre es la mejor solución. Cuando dejas espacio para la curiosidad, dejas espacio para la innovación.
Fuente: American Management Association.