Es difícil imaginar un mundo sin plástico. Desde que comenzamos a usarlo a gran escala, los seres humanos hemos creado más de 8,300 millones de toneladas métricas. Si pudiéramos convertir todo este plástico en una gran bolsa, podría contener el planeta entero. Y si seguimos así, en 30 años, podríamos contener dos planetas.

Pero, lo más preocupante es que el 76% de todo este plástico termina siendo basura y más del 50% del plástico que producimos cada año se usa una sola vez y solo por unos minutos. Estas grandes cantidades, su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierten al plástico en el enemigo número uno de mares y océanos.

Esto significa que todas las especies marinas, desde el plancton hasta el mamífero más grande, se enfrentan a riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Además, los corales, los manglares y los pastos marinos están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz.

La contaminación por residuos plásticos en cifras:

60s

Tiempo en el que se venden un millón de botellas de plástico en todo el mundo.

450a.

Lo que tarda cada botella de plástico en descomponerse. Si no está a la intemperie, la cifra se aproxima a los 1,000 años.

90%

De los plásticos del mundo se producen a partir de combustibles fósiles.

42%

Del plástico utilizado en el mundo se destina al empaquetado de alimentos y productos manufacturados. Es decir, plásticos de un solo uso que apenas pasan unos minutos en las manos de los consumidores.

Si las cifras se mantienen, para 2050, los océanos contendrán más plástico que peces.

Pero los plásticos no sólo afectan el agua, sino que también son un problema climático. Se estima que, en 2015, los plásticos estuvieron relacionados con la producción de 1,7 gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCO2e), y se proyecta que para 2050 esta cifra aumente a aproximadamente 6,5 GtCO2e —15% del presupuesto mundial de carbono—.

Además, todo ese plástico suelto por el planeta puede resultar directamente perjudicial para nuestra salud. Los microplásticos son fragmentos inferiores a 5 mm, resultado de la degradación de trozos grandes o son fabricados así, como es el caso de las microesferas presentes en productos de higiene y limpieza como exfoliantes, pastas de dientes o detergentes. Se ha observado que los animales marinos están ingiriendo estos microplásticos, lo que está provocando bloqueos gastrointestinales y alteraciones en sus patrones de alimentación y reproducción. Pero no se queda ahí: también hay evidencias de que se transfieren a lo largo de la cadena alimentaria y llegan hasta nuestros platos.

¿Por qué el problema del plástico puede ser una gran oportunidad económica?

De acuerdo con el informe “De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos” (UNEP), la basura marina y la contaminación por plásticos además afectan la economía mundial. La contaminación por plásticos acarrea costos para el turismo, la pesca, la acuicultura y otras actividades, como las limpiezas, que se estimaron en US$6,000-19,000 millones, en 2018. Y se proyecta que, para 2040, podría haber un riesgo financiero anual de US$100,000 millones para las empresas, si los gobiernos exigen que cubran los costos de la gestión de residuos en los volúmenes esperados.

Esta es una cifra a la que vale la pena prestar atención. Recuperar esas pérdidas y desarrollar soluciones para prevenir los desechos plásticos de manera más amplia podría representar una oportunidad de un billón de dólares.

No son necesarias más razones para determinar que es urgente un cambio hacia enfoques más relacionados a la economía circular: sostener prácticas más sostenibles de consumo, producción y desarrollo, por parte de las empresas; y tomar más conciencia como consumidores para adoptar hábitos más responsables.

3M y Plastic Bank

3M refuerza su compromiso con el medio ambiente y anuncia una donación de US$100,000 a Plastic Bank, una organización social sin fines de lucro dedicada a preservar el medio marino y promover el desarrollo de las comunidades que viven en situación de vulnerabilidad.

La ONG trabaja junto con las comunidades locales en Brasil, ofreciendo puestos de trabajo de recolección y capacitación, para que los residentes puedan trabajar profesionalmente con actividades de reciclaje. En estos 3 años, 4,194 personas se registraron como recolectores y se crearon 82 puntos de recolección de materiales de reciclaje. Plastic Bank ya contribuyó con la eliminación de más de 1 tonelada de plástico de la costa brasileña, sólo en 2022.

Los recolectores involucrados en el proyecto reciben una remuneración adicional por el material que recolectan y, para garantizar la transparencia, trazabilidad y escalabilidad en las transacciones, Plastic Blank certifica los puntos de recolección y registra cada operación en una aplicación blockchain, accesible en tiempo real para todos los colaboradores. El material recolectado regresa a la cadena de suministro como plástico social, haciéndose responsable de promover impactos positivos en los ámbitos ambiental, social y económico de la región afectada.

Además de esta acción, en 3M siempre estamos trabajando en la forma de innovar en materiales y procesos, para mitigar la huella que dejamos en el medio ambiente. Por ejemplo, 3M Brasil lanzó el primer empaque hecho con plástico 100% reciclado en América Latina.